Estos son 4 pilares que hemos aprendido en nuestra experiencia fonoaudiológica con nuestros niños. Hay muchos otros aspectos por supuesto, pero consideramos que estos son los más fundamentales:
– Tiempo de calidad.
– Juego.
– Buenos hábitos.
– Dinámica comunicacional.
Tiempo de calidad.
Pasar tiempo de calidad con tu hijo(a). Tiempo de calidad no significa ponerse a ver en TV con tu hijo(a) o estar trabajando en algo y a la vez intentar conversar con tu peque. Tiempo de calidad significa apartar tiempo EXCLUSIVO para tu hijo(a). Dejar de hacer todo lo que tengas que hacer para dedicarle un trozito de tu día a tu peque. Para las madres, en particular, esto es difícil. Es sabido que la mujer puede hacer varias cosas a la vez y eso es cierto, y es admirable, pero para este motivo no ayudará mucho. Lo ideal, al aparte tiempo de calidad, es enfocarte plenamente en tu hijo(a) para tener toda su atención y tu peque tenga toda la tuya. Así, podrás descubrir cosas que antes no te dabas cuenta, cosas que hacías y no te habías percatado, cosas asombrosas. Con respecto al tiempo, ni tan extenso ni tan conciso. Y el secreto: todos los días. Porque así formarás una rutina. El cerebro aprende en base a la repetición. Pasa tiempo de calidad con tu hijo(a) ¡día tras día!.
Jugar.
Hoy en día se juega muy poco, dado el avance de la tecnología y la manera en como se ha ido incluyendo en la cultura de las familias, hoy es poco común ver las plazas o las calles repletas de niños jugando. Hay un estudio, que dice que actualmente 1 de cada 3 niños juega todos los días.
El juego es importantísimo, no sólo para el desarrollo del lenguaje sino para el desarrollo de múltiples áreas cognitivas del cerebro. Y no sólo, para el desarrollo de áreas cognitivas sino también para conectar con tu hijo(a), para descubrir su mundo, para generar una conexión única que te permitirá entablar una relación y un vínculo afectivo mucho más fuerte y prolongado que un padre o madre que no juega con su hijo(a).
En el juego, se aprende mejor, más rápido, se integran de forma más firme los aprendizajes, es más fácil enseñar, es más fácil que los niños sigan las reglas, es más fácil que respeten los turnos, a través del juego, podrás enseñarle una infinidad de cosas.
Es importante además, entender otro concepto para jugar con tu hijo(a). El concepto “favorito“. Significa jugar no sólo lo que a ti te gusta o lo que tu tengas en mente, sino lo que tu hijo(a) tenga en mente, lo que sea más entretenido para tu hijo(a). Lo habrás descubierto cuando juegues a algo en particular y a tu hijo(a) le brillen sus ojitos, se ría a carcajadas, cuando te lo pida una y otra vez. Es importantísimo jugar lo favorito de tu hijo(a) ya que así tendrás su atención y disposición completa para poder enseñarle lenguaje.
Buenos hábitos.
Tener buenos hábitos, por supuesto, como ustedes deben saber no sólo ayudará al lenguaje sino a otras cosas también. Pero en este caso nos compete entenderlo desde la perspectiva del desarrollo del lenguaje.
¿Qué hábitos son importantes para un buen desarrollo del lenguaje?.
Uno de los mal hábitos más frecuentes, actualmente y debido al aumento del uso tecnológico, es el la exposición a pantallas para ver “monitos animados”. Está comprobado científicamente que el uso de pantallas para ver “monitos animados” estanca el desarrollo del lenguaje y lo afecta negativamente. Daña las neuronas del cerebro. Además, daña también habilidades que están relacionadas con el lenguaje y la comunicación; como la socialización, atención y concentración, entre otras. Mantenerlos alejados de la exposición a pantallas (TV, celular, tablets, consolas, etc) será un buen hábito para el desarrollo del lenguaje. Lo que puedes hacer es cambiar este mal hábito por uno bueno. Puedes permitirle a tu hijo(a) “escuchar” los mismos “monitos animados” que le gustan, oscureciendo el brillo de la TV, o conectar por bluetooth a un parlante para que los escuche. Esto es un buen hábito para el desarrollo del lenguaje, ya que el lenguaje se desarrolla principalmente por vía auditiva. Otros buenos hábitos para el desarrollo del lenguaje son: evitar el uso del chupete. Si un niño tiene el chupete en su boca, al momento de querer imitar o repetir algún sonido o palabra se verá imposibilitado por tener el chupete en su boca. Además, usar chupete de forma muy prolongada puede afectar el desarrollo correcto de la dentición y el paladar.
Dinámica comunicacional.
Este pilar es muy importante y a veces es muy dejado de lado. Por nuestra experiencia creemos que es fundamental. Dinámica comunicacional significa como el padre o madre interactúa comunicativamente con su hijo(a). Qué tipo de lenguaje estoy favoreciendo, ¿gestual o verbal?
Muchas veces sin darnos cuenta favorecemos el lenguaje gestual. Es más fácil producirlo para tu hijo(a) y para ti madre o padre, es fácil interpretarlo. Indicar con su dedo, tomarte de la mano y llevarte a lo que necesita, realizar una mímica. Cuando aceptas y accedes a esta forma de comunicación, como resultado, la potencias y le enseñas a tu hijo(a) que esa será la forma de comunicarse entre ustedes. Por ejemplo: “te hace el gesto para que le des jugo” y tu vas y se lo das, en vez de darle el modelo que esperas que diga: “dame” o “dame jugo” o simplemente “jugo” y que tu hijo(a) lo intente decir para que accedas a pasarle el jugo. Dale tiempo para que tenga iniciativa, si va a decir algo no intentes completar lo que quiere decir, dale espacio y tiempo para que se equivoque y lo intente. Respeta los turnos y los silencios, incluso, después de una pregunta, un silencio también es importante para que tu hijo(a) se percate que no respondió nada y que debe responder. O quizás, no sabe, aún, lo que debe responder. Tolera sus silencios, no rellenes con tus palabras sus silencios. Déjalo ahí. Corrige su lenguaje, pero de forma, indirecta y respetuosa. Los errores del lenguaje por lo general son involuntarios, ¡son niños! ¡No lo retes por hablar mal!. Por ejemplo si te dice, ‘miau’ en vez de ‘gato’. Puedes decirle; “¡si, miau, un gato!”. Ofrece ejemplos y tu hijo(a) los copiará pero recuerda, cada niño aprenderá palabras a su propio ritmo. Acostumbrate a celebrarle sus logros comunicativos. Uno siempre tiene la tendencia a dirigirnos de forma negativa al desarrollo de nuestros niños. Tendemos a mirar lo que le falta, lo que no hizo bien. Si tienes esta forma de ser, lo único que logrará s es que tu hijo se bloquee, se frustre, sea negativo igual que tú y como consecuencia, no tenga motivación por aprender a hablar. En cambio, celebra cuando diga algo nuevo o logre decir mejor una palabra, esto le hará saber que el lenguaje verbal es importante y lo motivarás a que quiera decir más palabras y mejor. Por último, haz preguntas con opciones. ‘¿Es de color azul o verde?’, esto ayudará a evitar las preguntas cerradas donde sólo puede contestar con ‘si o no’. Así le ayudarás a nombrar las cosas.